EL CREADOR

 

Cuando uno se pregunta si existirá un Dios, un Creador o un ser  superior, no es fácil encontrar una respuesta y las que uno recibe de personas creyentes, normalmente son de acuerdo a su credo. Por ejemplo, si es musulmán, le va a decir, lea  el Corán. Si es “Cristiano”, la biblia y así sucesivamente.

Pero si uno no tiene fe en ninguna religión por distintas razones, es difícil aceptar lo que dicen estos libros y menos creer en el Dios que mencionan las religiones. Ahora si uno tiene fe en una religión ya sea porque fue criado en ella u otra razón,  es posible que se acepte la existencia de Dios sin cuestionamiento para no poner en duda su fe y por la presión del entorno.

Creemos que esa no es la forma de aceptar la existencia de Dios. Creemos que su existencia debe  ser puesta a toda prueba, de manera que crea, persuadido por la evidencia de su existencia, sirviendo de base sólida, inamovible para su fe.

Entonces nos encontramos en un dilema, ¿Cómo comprobamos la existencia de  Dios sin llegar a tener que aceptar una religión?

Bueno, en este caso tenemos dos vías probatorias de su existencia. Una es la razón junto a la inteligencia y la otra es el testimonio.

 

Analicemos primeramente un razonamiento inteligente.

Cuando miramos nuestro entorno y vemos ciudades, caminos, montañas, praderas, ríos, el cielo azul, las nubes, el mar, las estrellas, el firmamento, etc., inmediatamente salta a nuestra mente, ¿Quién creó todo esto?, la respuesta que se nos viene es, bueno la ciudad y todo lo que hay en ella la creó el hombre y el resto lo creó la naturaleza.

Correcto, hasta ahí estamos totalmente de acuerdo, pero analicemos la creación hecha por el hombre, es decir las ciudades y todo lo que hay dentro. Los edificios, las grandes avenidas, las calles, las áreas de recreación, los hipermercados, los hospitales, los colegios e incluyamos también las carreteras y todo lo demás.

La autoridad se preocupó de crear normas, leyes, reglas urbanas y otras para que el ciudadano pueda vivir dentro de ella. Que en caso de no tenerlas, esa posibilidad de coexistir y vivir no existiría.

Por lo tanto de este análisis podemos concluir que, para coexistir  y vivir en una ciudad o metrópolis, deben existir reglas, normas, leyes, reglamentos, etc. Pero también que estas fueron creadas por el hombre.

Ahora analicemos lo que creo la naturaleza. Los ríos, las lluvias, las montañas, la nieve, el viento, las estaciones del año, el día, la noche, las plantas, los árboles, el mar, la marea alta, la marea baja, las corrientes marinas, los animales, las aves, los insectos, los peces, etc. Pero de acuerdo a los estudios de nuestros científicos, todo esto responden a ciertas leyes, que le llamamos leyes de la naturaleza. Además, el conjunto de esta creación nos permite vivir y coexistir todo los seres vivos de esta tierra.

Entonces de la misma manera podemos concluir que si existen leyes en la cuales se rige la naturaleza, alguien tiene que haberlas creados, porque las leyes no se crean solas. Sería una necedad pensar que las leyes se crean solas y que estas evolucionan. La evolución existe (dentro de su género) porque las leyes lo permiten  y  no al revés. Por lo tanto, las leyes no se crean solas. Las leyes las establece alguien según la necesidad requerida.

Así como el hombre crea leyes para coexistir entre sí y con los seres vivos de esta tierra, también existe alguien que creó leyes para que la naturaleza pueda desarrollarse, evolucionar y permitir que exista vida. Leyes no solo aquí en la tierra, sino, también en el universo. Que permiten la coexistencia de planetas con satélites y soles, galaxias, etc. Bueno, a éste alguien es a quien llamamos El Creador.

 

 Analicemos la segunda vía, la del testimonio.

 Primeramente aclaremos, ¿qué es el testimonio? Podríamos definirlo de la siguiente manera: Es la declaración o afirmación (Testimonio) de un espectador frente a un suceso o acontecimiento. Así también una declaración referente a una experiencia personal vivida, esto sería un testimonio personal.

Para poder evidenciar la existencia de un creador por medio del testimonio, obligadamente tenemos que recurrir a un libro que guarda los registros de estos testimonios, libro que ha sido constantemente sometido a prueba por los arqueólogos y que jamás se ha hallado contradicción entre lo que registra y lo que se ha descubierto en los hallazgos arqueológicos.

En tiempos pasados también  fue motivo de persecución y muerte de sus poseedores y el libro quemado. Pero logró permanecer hasta el tiempo de hoy debido a personas que a riesgos de sus vidas lo mantuvieron secretamente y realizaban copias fidedignas, conservados por su fuerte convicción en lo que creían. Este libro se llama LA BIBLIA.

La biblia es un conjunto de libros, (66 libros en total) que fueron escrito por personas que pueden atestiguar la existencia de un creador, que de aquí en adelante llamaremos Dios, el creador.

Si comenzamos leyendo el primer libro llamado Génesis, se narra la historia del origen de la creación y de la vida humana. Comenzando por Adán, pasando por Noé,  Abraham, hasta Israel y llegar a Moisés, en el libro de Éxodo.

Pero como sabemos fue Moisés quien escribió el libro de Génesis. Entonces sale la pregunta, ¿Cómo adquirió todo este conocimiento Moisés?, cuando desde Adán hasta el tiempo de Moisés existían miles de años.

Esto tiene una explicación. En la antigüedad la gente transmitía su historia en forma verbal, de generación en generación con mucha disciplina y severidad. Además Dios fue eligiendo a uno de cada generación a partir de Adán en el cual se le transmitía todo el conocimiento, experiencias y vivencias, es decir el testimonio de sus vidas. A este se le llamaba la simiente (semilla) era el que traía el conocimiento de Dios.

Entonces, esta  simiente se constituye por la descendencia de Adán, quien le trasmitió primeramente  a Abel, quien fue asesinado (el primer asesinato de la historia humana) y luego fue sustituido por Set, luego Set a Enós, Enós a Cainán, Cainán a Mahalaleel, Mahalaleel a Jared, Jared a Enoc, Enoc a Matusalén, Matusalén a Lamec, Lamec a Noé (quien construyo el arca y luego sobrevivió al diluvio), Noé a Sem, Sem a Arfaxad, Arfaxad a Sala, Sala a Haber,  Haber a Peleg, Peleg a Reu, Reu a Serug, Serug a Nacor, Nacor a Taré, Taré a Abram (que después se llamaría Abraham ), Abraham a Isaac, Isaac a Jacobo, Jacobo (Israel) a los doce hijos, Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín, que constituyen el pueblo de Israel. Este pueblo se forja en la esclavitud en Egipto por cuatrocientos años, entonces aparece Moisés, quien es el instrumento de Dios para sacar a Israel de Egipto y llevarlo a la tierra prometida a Abraham.

En cada una de estas generaciones se fue transmitiendo el testimonio de la existencia de Jehová. Adán conto su  experiencia en el Jardín a Set y este a su vez tuvo su propia experiencia con Jehová y transmitió a su hijo Enós quien adquirió la de Adán, la de su Padre Set y la propia. Así sucesivamente con mucho celo, de generación en generación, a través de una línea de descendientes que se llamó la simiente del conocimiento de Jehová. Cada generación tenía su propia experiencia con Dios más la acumulada de sus antecesores.

Este testimonio, fue recogido por Moisés y agregó  su propia experiencia vivida con Dios el Creador y lo registró por primera vez  en escritos en forma oficial y fue herencia del pueblo de Israel de generación en generación y a medida que fue pasando el tiempo, se le fueron sumando nuevos libros escritos por profetas que registraban mensajes de Dios, o bien por escribas que registraban la historia, pero todos ellos con el temor de Jehová, que es un respeto reverente al Creador, que los hacia ser muy esmerados en lo que realizaban.

Esta forma de registro de testimonios se extendió hasta unos cuatrocientos años antes de Cristo aproximadamente. Después se producen cuatrocientos años en que no hay registros  referentes a testimonios relacionados con el Creador.

Nuevamente se comienza a registrar testimonios con el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista, unos años antes del nacimiento de Jesús y se sellan nuevamente los registros con el libro de Apocalipsis (revelación), escrita por el apóstol Juan.

¿Por qué se dejó de registrar testimonios del creador?

Al leer las escrituras se puede comprender que: ya se enseñó, se dijo, se revelo, todo lo que el hombre necesita para desarrollarse. Desde entonces hasta ahora, ha dependido de si mismo como individuo y/o como sociedad, las decisiones que ha tomado. Para bien o para mal, (obediencia o desobediencia al Creador) pero cualquiera decisión que haya  tomado, también tendrá consecuencias para bien o para mal de él.

Así, este libro se ha transformado en el gran testigo. En la cual nadie podrá decir que no sabía, dado que está escrito todo lo que una persona necesita para llevar una vida verdadera, correcta y sana.

Este libro que denominamos Biblia es la que da testimonio de un Creador y es la herencia desde Adán, el primer hombre que da testimonio que fue creado por Dios y que compartió con Dios, hasta Jesús que da testimonio que el proviene de Dios, que ha coexistido con Dios y que descendió hasta nosotros para dar testimonio de lo que vio y escuchó en el cielo.

Alguna persona puede dudar de la veracidad de estos testimonios, pero podemos decirle que hasta el momento las escrituras han sido corroboradas por los escritos arqueológicos encontrados hasta la fecha y creemos fervientemente que esto va a ser así siempre, no hay motivos para creer lo contrario. Los escritos arqueológicos corroboran que lo que se anunció mediante la Biblia con muchos siglos de anticipación, se cumplió íntegramente. Eso también nos lleva a pensar que el que entrego esa información a los que escribieron la Biblia, que es Dios, es verdadero, que cumple con lo que dice. Por lo tanto  no hay razones para dudar de que el cumplirá con lo que anuncio para futuro de la humanidad y cumplirá con su plan sobre el hombre y este mundo.

Ahora existe otro testimonio del que aún no hemos hablado, que es nuestro propio testimonio, en este caso el propio suyo. Usted se preguntara ¿acaso yo puedo tener una relación con Dios?  Por supuesto que sí, y esa será la más valiosa de su vida, su propia experiencia con Dios es la que le va a persuadir definitivamente de la existencia de Dios, el Creador. Será la evidencia cierta de su  existencia.

Es probable que alguien diga, “yo tengo entendido que uno solo se relaciona con Dios leyendo la Biblia” es cierto en parte, pero no es suficiente. Científicos, investigadores y otras personas también leen la Biblia y eso no necesariamente los hace tener una relación con Dios.

Existen tres formas de leer la Biblia:

Como un libro cualquiera, donde no se cree en lo que dice, pero es buena como historia y para cultura general (personas que no creen en un Creador)

Como un libro religioso, donde se busca la receta para llegar al cielo, interpretándola cada cual desde su punto de vista (personas religiosas).

Y como un registro de la palabra de Dios, Donde no la interpretamos, sino que buscamos entender y conocer al creador y le pedimos a Él que nos de conocimiento y el entendimiento de lo que Él, quiso decir en su palabra (personas verdaderas, que buscan la verdad y no su propia interpretación)

Para entender esto, hay que explicar  la diferencia entre la religiosidad (religión) y el creyente verdadero de Dios.

La religión se da cuando creemos que cumpliendo ciertos dogmas, ritos, reglas, realizamos obras, etc., pensamos que con eso agradamos a Dios. Por ejemplo, nuestro señor Jesús, reprobó a los sacerdotes y escribas de aquel entonces, aunque todos hablaban del mismo Dios. Pero ellos practicaban religión y eso para Dios no es grato. No es lo que Él quiere de usted, de nosotros ni de nadie.

En cambio el  Creador quiere creyentes verdaderos, que hagan de su voluntad una forma de vida (conducta de vida), que le amemos de verdad y para eso, primero es necesario conocerle y para conocerle es necesario buscar la verdad y cuando la encontramos, debemos ponerla en práctica ya que de esa manera demostramos que le amamos (nos transformamos en hacedores de su voluntad). ¿Se ha preguntado usted, cual es la voluntad de Dios?

Toda esa línea de descendencia llamada simiente fueron verdaderos, por lo tanto tenían acceso a relacionarse con Dios, y nosotros, siendo verdaderos, sinceros y desear saber la verdad, también tenemos ese acceso a Dios.

Recordemos que esa posibilidad de relacionarnos directamente con Dios, se perdió por causa del pecado del pueblo de Israel, cuando Dios iba hablar con ellos y ellos  piden a Moisés que mejor él hablara con Dios y les transmitiera lo que Dios iba a decirles. ¿Por qué? por temor a morir. ¿Qué les causaba ese temor? El pecado que llevaban dentro. Dios acepta esta condición porque que dice “bien esta todo lo que han dicho”. De ahí emergen los profetas, personas que reciben de Dios y transmiten al pueblo. Estos perduraron hasta el tiempo de Jesús.

Pero por la gracia de nuestro señor Jesucristo, eso se terminó y nuevamente podemos tener una relación directa con Dios. Desde que entro el periodo de la gracia en la tierra ya no tenemos intermediarios, solo Jesús entre Dios y los hombres. Eso significa que usted puede relacionarse directamente con el Creador orando con un corazón dispuesto y sincero, y todo lo que pida o diga, pídalo y dígalo  en el nombre del señor Jesús. Porque ahora existe un ayudador que se llama espíritu santo, quien está aquí para ayudarnos, consolarnos y enseñarnos toda la verdad.

En esa relación con el Creador, usted recibirá conocimiento, inteligencia, paz interior, gozo, alegría y mucho más. Aprenderá a guiar su vida y la de su familia. Esa relación será su propio testimonio de que ciertamente el Creador existe.

Si usted desea aprender más sobre este tema, escribanos por medio de “Contáctanos “en esta página y haga sus consultas y le responderemos a la brevedad.

 

 

QUE EL SEÑOR LE BENDIGA

 

Febrero de 2013